En cierta ocasión, los discípulos de Cristo le dijeron: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos (Lc 11:1). La necesidad implícita en esa petición pone de manifiesto que, si bien la oración, por un lado, debería ser tan espontánea como el balbuceo de un niño, por otro, sin embargo, es un ejercicio que requiere aprendizaje. Por un lado, es algo tan sencillo como decir: ¡Abba, Padre! (Ro 8:15) o: ¡Señor, sálvame! (Mt 14:30), pero por otro, debemos reconocer, con el apóstol Pablo, que qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos (Ro 8:26). Es, pues, evidente, que todos los creyentes, tanto jóvenes como mayores, necesitamos aprender en la escuela de la oración. Y para ello (aparte de Cristo), ¿qué mejores maestros podemos tener que los apóstoles?

Este es, precisamente el objetivo de esta serie: aprender de los apóstoles (especialmente de Pablo) cómo debemos presentar nuestras oraciones ante el trono de la gracia de una manera que sea bíblica, espiritual, oportuna y, sobre todo, conforme a la voluntad de Dios. Si bien, aun en el mejor de los casos, necesitamos
que el Espíritu mismo interceda por nosotros con gemidos indecibles (Ro 8:26), es nuestro deber como cristianos orar con el entendimiento (1 Co 14:15), y no dar lugar a que el Señor nos tenga que decir: No sabéis lo que pedís (Mt 20:22). Quiera el Señor usar esta exposición y aplicación de las Oraciones de los
apóstoles para estimular al pueblo de Dios a orar más y mejor para su gloria y la edificación de su Iglesia.


PRECIO IVA INCLUIDO 7€

Deposito Legal
ISBN
978-84-124092-4-6
Numero de páginas
234
Tipo de tapas
Blanda
Temática
DEVOCIONALES
ORACIÓN
PURITANOS